El rol de la impresión 3D en la pandemia de COVID-19

La pandemia de COVID-19 quizás haya sido el fenómeno que terminó de demostrar el gran potencial y versatilidad que presenta la tecnología de impresión 3D. Ante la crisis sanitaria que han padecido muchos países alrededor del mundo, como España o Italia, el sector económico completo de la impresión 3D reorientó su producción hacia la fabricación de insumos médicos para ayudar al sector de la salud. Así, las personas y empresas con impresoras 3D comenzaron a fabricar y donar desde máscaras protectoras hasta válvulas para respiradores, todo desde casa.

Esta reorientación en la producción pudo darse sin costo alguno y prácticamente de un día para el otro gracias a la versatilidad que presentan las impresoras 3D. Si bien la producción con máquinas industriales tiene ciertas ventajas, tales como la posibilidad de producir en serie, la disminución de costos marginales y el ahorro de tiempo, 1) en general no permite reorientar la producción a corto plazo; 2) en ciertos casos la reorientación puede darse a mediano o largo plazo, pero a un gran costo; 3) y no permite una fabricación diferenciada (los productos que se fabrican son todos iguales). Sobre este último punto, es importante señalar que, en muchos sectores, como el automotriz o el textil, la producción en serie es lo más eficiente, pero en muchos otros casos, como sucede en el sector de la salud, en el aeronáutico o con los productos de lujo, lo que se necesita es la fabricación de productos a medida, con características especiales que se adapten al cliente/paciente.

Otra gran ventaja que presenta la impresión 3D respecto a la fabricación industrial en serie es la disminución de costos. La mayoría de técnicas de fabricación producen de una forma extractiva, es decir, parten de una estructura uniforme y van quitando material hasta formar el objeto deseado. En cambio, la impresión 3D trabaja de forma inversa y utiliza una técnica de fabricación aditiva: partiendo de la nada, se van añadiendo finas capas de materia hasta formar el objeto deseado. Esto tiene obvias ventajas en cuanto al ahorro de material y la contaminación ambiental (para ampliar sobre esto, leer «La impresión 3D, un sector eco-friendly«).

Por todas sus ventajas, la impresión 3D fue utilizada y aprovechada para resolver problemas urgentes en el contexto de la pandemia de COVID-19.

En Argentina, a diferencia de lo sucedido en España o Italia, países en los cuales la impresión 3D comenzó a utilizarse cuando ya se enfrentaba una crisis sanitaria y una gran falta de insumos, el sector pudo anticiparse a la situación y la tecnología no fue utilizada como último recurso urgente. De esta forma, pudo abastecerse de insumos a la gran mayoría de hospitales del país en una situación de relativa “calma”, ya que la cuarentena obligatoria implantada a tiempo ha permitido “aplanar la curva” y evitar que el sistema de salud colapse.

La fabricación de insumos de salud se dio a lo largo y ancho de todo el país. Prácticamente todo el sector de la impresión 3D de Argentina se reorientó y organizó para colaborar con el personal de salud. Particularmente, desde nuestro lugar organizamos la producción y logística en Villa Carlos Paz, ciudad donde nos encontramos haciendo la cuarentena.

El día 21 de marzo publicamos una historia en Instagram informando que poníamos a disposición nuestras impresoras 3D, conocimiento y tiempo para fabricar y donar máscaras protectoras a hospitales públicos de salud de la Provincia de Córdoba. A los días nos contactaron del Hospital Gumersindo Sayago de Villa Carlos Paz comunicándonos que iban a necesitar 200 máscaras, y ahí fue cuando comenzamos a fabricar. Después, el Hospital Domingo Funes de Santa María nos solicitó 300 máscaras más, y con los días fueron llegando solicitudes de hospitales de toda la Provincia de Córdoba.

Al día de hoy, 5 de mayo de 2020, 45 días después de haber empezado con esto, llevamos donados más de 1.000 protectores faciales a más de 15 hospitales públicos, además de algunas instituciones de seguridad locales. Esto se pudo hacer gracias a las donaciones de particulares que se fueron recibiendo y que fueron destinadas a la compra de materiales, y gracias a la ayuda de chicos de la ciudad que se sumaron con sus máquinas a colaborar en esta iniciativa. Así que, nuevamente, les agradecemos a todos ellos.

Hoy entregamos las que probablemente sean las últimas 100 máscaras que donamos, dando así por finalizadas estas semanas que dedicamos a ayudar al personal de salud. Estas 100 máscaras fueron recibidas por el Hospital Colonia Santa María de Punilla, que se suma así a una gran lista de más de 15 instituciones: Hospital Gumersindo Sayago, Hospital Domingo Funes, Hospital Materno Neonatal Dr. Ramón Carrillo, Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, Hospital Pediátrico del Niño Jesús, Hospital Infantil Municipal, Sanatorio Allende, Hospital Municipal de Urgencias, Hospital Municipal Villa El Libertador Príncipe de Asturias, Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología, Hospital Provincial Florencio Díaz, Nuevo Hospital San Roque, Dispensario Municipal de San Antonio de Arredondo, Dispensario Municipal Colinas, Cuerpo Especial de Policías de Carlos Paz.

Nos alegra mucho haber colaborado en esto y sentir constantemente el agradecimiento de todo el personal de salud que se comunicó con nosotros en estas semanas. Ahora todos podemos seguir ayudándolos quedándonos en nuestras casas.